Obsolescencia Programada
La
obsolescencia programada es una estrategia comercial que consiste en la
planificación del fin de la vida útil de un producto o servicio, de tal forma
que tras un periodo de tiempo (calculado por el fabricante o por la empresa) se
quede obsoleto o inservible.
Obsolescencia
programada: ¿trampa silenciosa para la sociedad del consumo?
La
obsolescencia programada es una estrategia comercial que consiste en la
planificación del fin de la vida útil de un producto o servicio, de tal forma
que tras un periodo de tiempo (calculado por el fabricante o por la empresa) se
quede obsoleto o inservible.
En
definitiva, es una especie de artimaña mediante la cual hacen que un objeto
tenga que sustituirse en cierto periodo determinado. Puede que suene un poco a
paranoia, o a conspiración, pero no os miento si os digo que todos los sufrimos
día a día.
¿Pero
esto no hace que la imagen de las empresas se vea afectada negativamente? Para
nada. La planificación es tan cuidada que el producto o servicio dura el
suficiente tiempo para que las empresas no vean afectada su imagen de calidad,
e incluso genere beneficios. Pero, ¿sería razonable penalizar esta práctica?
Una
variante de la obsolescencia programada es la obsolescencia percibida. Esta se
produce cuando la maquinaria publicitaria saca todas sus armas para crear en el
consumidor la necesidad de poseer el último modelo lanzado.
La
obsolescencia programada puede esconderse bajo un eslogan como” hacer la vida
más fácil”, “adaptarse a los tiempos que corren”, etc. Aunque podamos seguir
utilizando el “menos nuevo”, hacen que nos encaprichemos con otro más grande y
bonito pero de similares funcionalidades.
Las
consecuencias de estos fenómenos son claras. El bolsillo del consumidor se ve
afectado al verse obligado a sustituir su producto por otro nuevo. En contra,
las empresas consiguen mas demandan y, por ende, aumentan sus beneficios. Sin
duda, desde sus inicios, el objetivo de la obsolescencia programada es el lucro
económico.
Por
otro lado, las consecuencias psicológicas también son evidentes. Llegan incluso
a modificar nuestras pautas de consumos (comprar, usar, tirar, comprar…) haciéndonos
desear productos que ni necesitamos.
Sin
embargo, el principal problema está en la gran cantidad de residuos que se
originan actualmente al realizarse este fenómeno una y otra vez en todo el
mundo. Es por esto que la sostenibilidad de este modelo a largo plazo es muy
discutida por organizaciones ecologistas.
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