¿Qué es la Inteligencia Emocional?
La Inteligencia Emocional podría definirse como la capacidad
que tiene una persona de manejar, entender, seleccionar y trabajar sus
emociones y las de los demás con eficiencia y generando resultados positivos.
Es decir, es la habilidad para gestionar bien las emociones.
Tanto las nuestras como las de los demás.
Una persona que se enfada con facilidad, que se pone triste
con frecuencia o que no es capaz de controlar sus impulsos... es alguien con
mala inteligencia emocional. Por el contrario, una persona que se conoce bien a
sí mismo, que es capaz de pensar antes de actuar, que entiende sus impulsos,
que los expresa con educación siendo sincero pero, a la vez, consiguiendo no
afectar negativamente a la gente que le rodea...o que es capaz de relativizar y
sentir las cosas de una forma sana...sería una persona con MUY buena
inteligencia emocional.
Así mismo, la Inteligencia Emocional nos debe servir para
entender las emociones de los demás y saber cómo tratar a la gente que nos
rodea de forma que:
- Estén a gusto a nuestro lado.
- No provoquemos emociones desagradables en ellos (ira, tristeza, frustración, etc.). Es decir tener mano izquierda a la hora de plantear las cosas.
Alguien con una buena inteligencia emocional debería ser
capaz de aplicar las siguientes cosas:
- Pensar antes de actuar...y no ir a la deriva y a lo "loco" antes de hacer las cosas. Esto no quiere decir que no se viva el momento o que no se disfrute. Esto quiere decir que las emociones y la razón vayan de la mano. Hay que disfrutar, pero también hay que ser capaz de utilizar la inteligencia y analizar las emociones, especialmente cuando hablamos de ira, tristeza o frustración.
- Ser empático para poder entender, respetar y manejar las emociones de los demás, haciendo que la gente que nos rodee esté a gusto.
- Saber elegir bien las emociones en cada momento, para que nuestro comportamiento sea óptimo. Si, ante una crítica, nos ofendemos y nos enfadamos, estamos eligiendo muy mal las emociones. Si, por el contrario, nos paramos a pensar, analizamos el comportamiento de la otra persona, escuchamos, entendemos su punto de vista, leemos entre líneas y nos damos cuenta de que, el problema ha sido que en nuestro argumento anterior le hemos ofendido nosotros a él/ella, entonces será mucho mejor pedir disculpas y sugerir que la próxima vez nos diga las cosas de otra forma. No es cuestión de ceder, es cuestión de manejar la situación eficientemente. Es decir, causando el mínimo daño. Y el enfado, normalmente es la emoción que MÁS daño genera.
- Manejar, conocer y controlar bien las emociones negativas, especialmente en lo que respecta a: ira, tristeza, frustración y ansiedad/estrés.
- ·Vivir una vida con alto grado de motivación y optimismo, creciéndonos ante la adversidad, en vez de viniéndonos abajo.
Elementos de la Inteligencia Emocional
El gran teórico de la Inteligencia Emocional, el psicólogo
estadounidense Daniel Goleman, señala que los principales componentes que
integran la Inteligencia Emocional son:
- Autoconocimiento emocional (o autoconciencia emocional)
Se refiere al conocimiento de nuestros propios sentimientos
y emociones y cómo nos influyen. Es importante reconocer la manera en que
nuestro estado anímico afecta a nuestro comportamiento, cuáles son nuestras
capacidades y cuáles son nuestros puntos débiles. Mucha gente se sorprende de
lo poco que se conocen a ellos mismos.
- Autocontrol emocional (o autorregulación)
El autocontrol emocional nos permite reflexionar y dominar
nuestros sentimientos o emociones, para no dejarnos llevar por ellos
ciegamente. Consiste en saber detectar las dinámicas emocionales, saber cuáles
son efímeras y cuáles son duraderas. No es raro que nos enfademos con nuestra
pareja, pero si fuéramos esclavos de la emoción del momento, estaríamos
continuamente actuando de forma irresponsable o impulsiva, y luego nos
arrepentiríamos.
- Automotivación
Enfocar las emociones hacia objetivos y metas nos permite
mantener la motivación y establecer
nuestra atención en las metas en vez de en los obstáculos. En este factor es
imprescindible cierto grado de optimismo e iniciativa, de modo que tenemos que
valorar el ser proactivos y actuar con tesón y de forma positiva ante los
imprevistos.
4.
- Reconocimiento de emociones en los demás (o empatía)
Las relaciones interpersonales se fundamentan en la correcta
interpretación de las señales que los demás expresan de forma inconsciente, y
que a menudo emiten de forma no verbal. La detección de estas emociones ajenas
y sus sentimientos que pueden expresar mediante signos no estrictamente
lingüísticos (un gesto, una reacción fisiológica, un tic) nos puede ayudar a
establecer vínculos más estrechos y duraderos con las personas con que nos
relacionamos.
Además, el reconocer las emociones y sentimientos de los
demás es el primer paso para comprender e identificarnos con las personas que
los expresan. Las personas empáticas son
las que, en general, tienen mayores habilidades y competencias relacionadas con
la IE.
5. Relaciones interpersonales (o habilidades sociales)
Una buena relación con los demás es una fuente
imprescindible para nuestra felicidad personal e incluso, en muchos casos, para
un buen desempeño laboral. Y esto pasa
por saber tratar y comunicarse con aquellas personas que nos resultan
simpáticas o cercanas, pero también con personas que no nos sugieran muy buenas
vibraciones; una de las claves de la Inteligencia Emocional.
La Inteligencia Emocional (IE) en las empresas
Hoy en día son muchas las corporaciones que invierten
grandes sumas de dinero en formar a sus empleados en Inteligencia Emocional. La
razón de esta apuesta estriba en que las empresas se han dado cuenta de que una
de las claves del éxito comercial y de la venta de sus productos radica en el
grado en que sus trabajadores son capaces de reconocer y controlar sus
emociones, así como las de sus clientes.
Es casi impensable concebir un comercial de ventas que
carezca de habilidades en el trato con los clientes, un empresario sin motivación
para la dirección de su compañía o un negociador que no sepa capaz de controlar
sus impulsos y emociones. Todo el conocimiento técnico basado en la mejor
relación entre estudios académicos y experiencia no será ninguna garantía para
estas personas, porque tarde o temprano malograrán operaciones económicas por
un deficiente conocimiento de sus emociones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario