El monje que vendió su Ferrari es un libro de
autoayuda escrito por Robin Sharma, un escritor y orador motivacional.
Se presenta a continuación una
apreciación de las lecturas correspondientes a los capítulos 3 y 7:
Crítica: La milagrosa transformación
de Julián Mantle (Cap. III)
La odisea comienza a partir del
reconocimiento de las aflicciones que nos aquejan, luego de la tormenta, los
días serán más claros, la guerra interior trae la esperanza de la ansiada paz
espiritual, y la esperanza es lo que nos mantiene vivos aún en los momentos
donde hay más pesadumbre. Nuestro hombre, sólo necesitaba en algo, alguien en
quien creer, en algo, alguien en quien depositar sus esperanzas para renacer: la
vida tras el infierno, es vida, más esperanzas. La respuesta, ese alguien, ese
algo, no está más que en nosotros mismos, no hay motor más fuerte que el que conseguimos
en nuestro espíritu, a veces suele suceder que no somos lo suficientemente
fuertes para poder descubrirlo, pero no debemos temer, siempre habrá alguien
dispuestos a ayudarnos (En su caso los guías, los sabios), y con la misma disposición
con la que nosotros ayudaríamos a alguien cuando nos lo pídase.
Crítica: Un jardín extraordinario
(Cap. VII)
Procuremos que nuestros pensamientos sean los más
optimistas aún en la adversidad, para tratar de ver más allá de lo evidente, de
lo rutinario, nuestros pensamientos determinan nuestras decisiones, sobre éstas
nuestras acciones y estás nuestra propia vida. Mucho de lo que creemos es como
tal, relativo, y nuestra vida como un destino de posibilidades sin presente,
terminará mostrándonos nuevas realidades, de forma sucesiva que siempre
existirá algo en lo que podamos creer: Siempre hay esperanza aún en la
desgracia. Creer en la esperanza es abrir nuestra mente a nuevas posibilidades,
aprender de nuestros errores, expandirnos a lo que quizá no pudo ser, y lo cual
dejamos de lado.
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