La Afabilidad
La afabilidad es aquella cualidad que consiste en
ser de un acceso fácil para sus inferiores y en escucharlos con benevolencia. Affabilis significa, propiamente hablando, de quien se puede fácilmente hablar.
El sentido de la palabra española está de acuerdo con su etimología.
La competencia de conocer a los demás es muy
importante a la hora de conseguir el liderazgo docente, y, por tanto, el
bienestar; sin embargo, además de conocerlos debemos aprender a valorarlos. No
olvidemos que la mayor o menor motivación de los alumnos en el aula dependerá
del sentimiento de pertenencia de ellos mismos al grupo clase y a su profesor,
y que esto depende del sentimiento de sentirse valorados por el profesor y por
sus compañeros. Este, por tanto, es el objetivo de esta nueva competencia que hemos
denominado genéricamente valoración del otro. Estar atento a las emociones y
sentimientos de nuestros alumnos será la mejor forma de valorarlos, de
demostrar nuestra estima por ellos. Por esta razón, vamos a ir desgranando un
conjunto de subcompetencias que son parte de la competencia que hemos definido
como valoración de los demás: afabilidad, confianza y tolerancia y
sociabilidad.
La afabilidad es uno de los sentimientos más
valorados por los alumnos. Los profesores afables son aquellos que establecen
cercanía. Para conseguir la afabilidad el método de pensamiento emocional
propone utilizar un conjunto de acciones como son la sonrisa, la caricia y el
piropo, entre otras.
a)La sonrisa. Un profesor sonriente consigue dos
cosas. La primera, hacerse con los alumnos, y también, si lo hace en el
claustro, con el resto de profesores. La segunda, moviliza recursos
fisiológicos personales que promueven en su organismo la generación de
neurotrasmisores positivos como pueda ser la dopamina.
b) Las caricias. Evidentemente, las caricias son un
recurso extraordinario en la relación íntima entre dos personas que no podemos
trasladar, sin más ni más, a las aulas, en especial con alumnos menores de
edad. Ahora bien, podemos diferenciar entre las caricias psicológicas y las
caricias físicas. En un primer momento, nos vamos a referir a las primeras. La
caricia (stroke) fue uno de los conceptos importantes que elaboró Eric Berne.
La caricia es, según Berne, la unidad básica de reconocimiento de la otra
persona. Esta técnica se utiliza en el Análisis Transaccional y consiste en
conseguir una situación, primero de respeto, después de confianza, luego de
complicidad, para, finalmente, poder llegar a dirigirse caricias unos a otros.
Entre éstas podríamos hablar de las caricias verbales, las caricias realizadas
con la mirada, pero sobre todo, podríamos llamar caricia a todos esos
sentimientos positivos, de acogida, de encuentro que realizarnos unos y otros a
lo largo del día.
c) El piropo. El piropo no es más que una caricia verbal
pero que en el método de pensamiento emocional adquiere rango de técnica
específica. Todos los profesores hemos comprobado cómo cuando decimos palabras
positivas los alumnos reaccionan mejor que sobre la crítica o la
descalificación. Incluso las palabras positivas pueden tener mayor efecto que
la rectificación pausada, tranquila, cariñosa. El buen profesor encuentra
palabras adecuadas todos los días para la mayor parte de los alumnos.
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