Tenía 21 años cuando
decidió ir en busca de lo desconocido.
A bordo de un barco a
vapor, el muchacho italiano nacido en Caserta en 1859 y agobiado por los
problemas económicos en su Italia natal, opto por la aventura y se embarcó
en una larga travesía que lo depositaria en el Nuevo Mundo.
Pedro D'Onofrio Di
Restra se alejó así de su familia, y a finales del siglo XIX se instaló en
Buenos Aires, Argentina.
América era vista por
los europeos como la tierra prometida, y Argentina, que empezaba a surgir como
país , necesitaba gente trabajadora.
Don Pedro tuvo la suerte
de encontrarse con un paisano y amigo de la familia - Rafael Cimorelli- quien,
debido a que regresaba a Italia, le traspaso el carrito en el que vendía
helados por las calles de Buenos Aires.
En 1893 regreso a su
tierra y conoció a la que seria su esposa: Rafaela Di Paolo. Juntos decidieron
regresar a Argentina y continuar con la fabricación de helados pero, el azar se
hizo presente.Se equivocaron de barco
y terminaron anclados en el puerto de Nueva York. En confusión e indecisión
acordaron quedarse, instalándose inicialmente en Patterson, New Jersey.
Al poco tiempo volvió a
aparecer Rafael Cimorelli, quien lo animó a trasladarse a Richmond, Virginia,
pues el clima era muy favorable para la venta de helados. Don Pedro recordó esto
como un hecho milagroso.
No fue aquella la última
vez que Rafael Cimorelli se cruzaba en el camino de Pedro D'Onofrio. Algunos años después,
éste lo llamó desde el Perú para instarlo a conocer el país. Así, a fines de
1897, Don Pedro, su esposa Rafaela y sus 5 hijos se instalaron en Lima.
Al poco tiempo, las
calles empedradas y estrechas observan por primera vez la
"carretina" de don Pedro, aquella carretilla de madera con la que
repartía los helados, más tarde conocida como " la fundadora".
Anunciaba su paso por
las calles con el toque de corneta, empujando el carrito en interminables
caminatas. El helado que lo hizo famoso fue uno hecho con crema de leche al que
bautizó como " imperial".
En 1908 compro una
planta para la fabricación de hielo artificial, lo que fue el primer paso para
la industrialización del negocio. Luego de 22 años de total dedicación al
negocio del helado en el Perú, don Pedro lo traspasó a su hijo mayor, Antonio
D'Onofrio Di Paolo.
Debido a que la
temporada de helados duraba apenas 5 meses al año, resulto necesario ampliar el
negocio. Así en 1924 se instalo la primera fabrica de chocolates y dulces de
alta calidad, entre los que destacaron Sublime, triangulo, Ali baba, princesa,
perdigones y lentejas. Años después, la fabrica empezó a producir el panetón
D'Onofrio.
El 21 de Mayo de 1937, a la edad de 78 años,
falleció Pedro D'Onofrio, dejando la empresa a sus descendientes, la cual
creció hasta convertirse en lider del mercado de helados en el Perú. En Abril
de 1997 D'Onofrio fue adquirida por Nestle S.A.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario