Para conocer un poco más sobre el significado de Talento, debemos trasladarnos al mundo antiguo en el que se utilizaba este término, no solo, como unidad monetaria, sino también como tener la capacidad para entender un aspecto o para desempeñar una acción concreta. Este significado, acerca el talento a connotaciones de ser apto para.
Si trasladamos este concepto al ámbito de los Recursos Humanos, al ámbito de la empresa. Podremos afirmar que el talento corporativo sería el conjunto de habilidades, de experiencias y de conocimientos que suman las personas que colaboran en una organización y que permite que la compañía sea capaz de desarrollar su actividad para cumplir con sus objetivos empresariales.
En un entorno empresarial marcado por la altísima competitividad y el continuo cambio de escenario en el que las compañías operan. Se convierte en un aspecto crítico para el éxito una correcta gestión del talento corporativo. Pero…
¿Qué entendemos por Gestión del talento?
La gestión del talento consiste en un proceso que, como tal, aparece a finales de los 90 por iniciativa de aquellas empresas que vieron la posibilidad de mejorar su éxito si contaban con empleados con más talento. Durante los primeros años, esta gestión del talento se centraba en atraer los mejores profesionales y retener y desarrollar aquellos con las que ya contaba la compañía. Ya en la actualidad, la gestión del talento ha evolucionado hacia un nuevo enfoque: la gestión del capital humano: Éste debería ser el término con el que cualquier compañía debería contemplar el conjunto de conocimientos, de habilidades, de experiencias y de actitudes de todos los colaboradores que participan en su proyecto empresarial. Permitirme que os presente algunas razones:
- Ser parte del balance de cualquier compañía.
Sin duda, en la actualidad, la partida de masa salarial está incluida en todas las cuentas de explotación de una organización, pero repercute sobre el resultado, restando el importe asignado a los salarios de los colaboradores. El cambio debería ir hacia contemplar el capital humano como parte del balance de una organización, formando parte del activo con el que cuenta para desarrollar, de la mejor manera, su actividad empresarial. De igual manera que una compañía productiva contempla los edificios en los que produce como parte de su activo, debería contemplar también el capital humano como un recurso necesario para llevar a cabo esa misma producción.
- Valorar el capital humano desde la perspectiva del objetivo empresarial.
El cambio de paradigma en la valoración del capital humano debe ir orientado a analizar el impacto de éste en el logro de los objetivos empresariales. Es decir, si una compañía logra ajustar el conjunto de conocimientos, habilidades, experiencias y actitudes de sus colaboradores a lo que su actividad empresarial demanda, esta organización estará en disposición de lograr el éxito antes que otra.
- Integrar la gestión del capital humano a la dirección estratégica.
La gestión del capital humano no puede ser reactiva a la demanda de la dirección estratégica, debe ser una actividad que trabaje de manera proactiva en la definición de los objetivos estratégicos de la propia organización, permitiendo adelantarse en la atracción de talento, en el desarrollo de nuevas actividades dentro de la propia compañía y en la preparación de los colaboradores para el mejor desempeño de sus futuras tareas.
- Identificar el proceso de gestión del capital humano
Este proceso debería centrarse en cinco ámbitos de los recursos humanos. Todos y cada uno de ellos, orientado a lograr el éxito empresarial:
Reclutamiento de los mejores profesionales
Planificación de los recursos humanos
Gestión del desempeño
Desarrollo personal y profesional
Innovación en el talento corporativo
En la práctica, cada vez son más las empresas que valoran su capital humano como un activo más. Por esta razón, en el momento de definir los planes estratégicos analizan el tipo de profesional que necesitaran y llevan a cabo las acciones de desarrollo, atracción, innovación y retención necesarias para que el grupo de colaboradores se implique en el proyecto y lo desarrolle. El punto de partida no es después de la definición de los objetivos, sino en el momento de plasmarlos. De igual manera que una fábrica de coches debe contemplar si cuenta con la cadena de producción y la maquinaria para producirlos, también debe tener claro si cuenta con el talento para diseñarlos, producirlos y venderlos.
En definitiva, el capital corporativo debe ser contemplado como un activo más de cualquier compañía. Quizás… el activo que más puede influir en el éxito de la misma. Para garantizarlo, debe poder valorarse, gestionarse y orientarse a los resultados. Pero, lo más importante, alinearse con la estrategia de la propia compañía.
¿Por qué al final qué le interesa a una compañía? ¿Qué la mediocridad o el talento dirija el barco de cualquier organización?
“La tecnología reinventará los negocios, pero las relaciones humanas seguirán siendo la clave del éxito”
Stephen Covey
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