Los deportistas de alto rendimiento tienen un objetivo claro en la vida: competir para ganar. Para ello, saben que no basta únicamente con esforzarse y trabajar de manera ardua y constante. Ellos, además, están concientes de que es necesaria la ayuda de un entrenador especializado, un profesional que los guíe y prepare para alcanzar las metas que se proponen. Aunque a simple vista no parecen tener similitudes, lo cierto es que en el mundo empresarial ocurre algo parecido: también se hace necesario un entrenamiento constante. Y en esta tarea cobra protagonismo el llamado coaching. El coaching es un sistema integral, coherente y continuo, para el desarrollo de los talentos individuales en beneficio de los resultados del equipo. Es un método para liberar las potencialidades de las personas e incrementar al máximo su desempeño en la organización. En un mundo cada vez más competitivo, resulta primordial para las empresas contar con un asesor personalizado o coach, que ayude a los directivos a potenciar sus fortalezas, y obtener los mejores resultados posibles. “El beneficio que genera el coaching está directamente relacionado con la mejora en los procesos de decisión de la empresa y el logro más efectivo y rápido de los objetivos planteados. La función del coach se da por finalizada cuando se han logrado las metas”, dijo Jorge Ardiles, académico de la Universidad del Desarrollo. En muchas ocasiones, los servicios del coach son requeridos cuando las empresas están pasando por un proceso de transformación. Sin embargo, cualquier individuo que desee potenciar su rendimiento personal y profesional, puede acudir a este entrenamiento. “El método del coaching permite al jefe estimular el crecimiento personal y profesional de cada uno de sus colaboradores, pues el aprendizaje de los adultos está motivado por la necesidad de afrontar situaciones de la vida cotidiana de manera eficaz”, explica Cecilia Palacios, profesora de Recursos Humanos de Espae-Espol. La función del coach es principalmente de compañía, y se limita a descubrir sólo los caminos para obtener los objetivos. A través del coach, la persona se ve a sí misma desde otra perspectiva, y es esa nueva visión la que le resulta útil para mejorar el ejercicio de su actividad profesional. “Cuando hay depresión en la producción, el coach no busca culpables sino soluciones y compromisos interpersonales para elevar las metas de producción. Por sus características, el método eleva la autopercepción de los coacheados, infundiéndoles positivismo y potencializando la suma de los talentos en busca de la sinergia grupal, lo cual promueve la unidad y superación del equipo de trabajo”, afirma Palacios. Entre los beneficios inmediatos del coaching están la mejora en el proceso de toma de decisiones, el alcance más rápido y efectivo de objetivos y metas, y el alcance de nuevas competencias y responsabilidades. Para las empresas, supone la oportunidad de contar con mandos más eficaces en cuanto a la toma de decisiones y más adaptables a las situaciones de cambio. “En general, la importancia del coaching radica en que es una herramienta poderosa y personalizada para mejorar la eficacia profesional en el contexto laboral, desplegando todas las potencialidades de las personas en su rol laboral”, expresó el profesor de la Universidad Alberto Hurtado, Eduardo Abarzúa. Práctica constante. Considerando que cada persona tiene un potencial oculto que liberar, los expertos coinciden en que la práctica del coaching en las organizaciones debe ser constante, sobre todo a nivel de jefatura. “Cada empleado fija más rápido los conocimientos a través del coaching, que asistiendo a cursos formales de capacitación, donde los temas son expuestos a nivel de conceptos generales”, aseguró Palacios. Según la experta, es conveniente que las jerarquías más altas de una organización cuenten con un coach temporal, pero cíclico, para mantener actualizado su entrenamiento en el buen uso de la metodología. Abarzúa, por su parte, explicó que existen diferentes tipos de coaching, que deberán diferenciarse y aplicarse de acuerdo al foco de trabajo existente. “Existen modalidades de coaching que se centran en el comportamiento laboral. Así, existen tipos de coaching que buscan que el ejecutivo pueda identificar e intervenir en aquellos atributos de su entorno que posibilitan o impiden su desarrollo. También hay tipos de coaching que se orientan a identificar y establecer objetivos de conductas a cambiar”, afirmó. Otros tipos de coaching, se centrarían en la adquisición de competencias o el desarrollo de capacidades generales que son consistentes con profesionales exitosos. Como se ve, el coaching no debe ser ejercido con rigidez, sino como una herramienta flexible que debe ser adaptada a cada persona y a su contexto. Por ende, es vital la sensibilidad y capacidad de comprensión del contexto organizacional del coach.
martes, 19 de junio de 2018
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