SISTEMAS DE RECOMPENSAS EN EL SECTOR SALUD
La
remuneración y los incentivos contribuyen a la implantación de las estrategias
porque dan forma a la conducta de las personas y del grupo. Los planes de
recompensas, bien diseñados, son congruentes con los objetivos y la estructura
de la organización. Motivan a los empleados para que dirijan su desempeño hacia
las metas de la organización. El sistema de recompensas tiene que ser
compatible con el carácter arriesgado de la estrategia.
La
organización, al establecer un plan de incentivos, se enfrenta a una serie de
opciones ¿Se deben dar los bonos en forma de efectivo o de acciones?
¿Cómo
se medirán los resultados? ¿Cuánta discreción tendrán los gerentes para
conceder los bonos? ¿Cuál será el monto de los bonos? La idea es acoplar el
programa a los objetivos de la organización. Los planes de incentivos pueden
fomentar la toma de decisiones a corto o largo plazo, asumir mayores o menores
riesgos, mayor o menor cooperación con otros gerentes y otros aspectos
semejantes. Hay que reconsiderar las recompensas ya que, en la actualidad,
muchas empresas dependen de sus sistemas de recompensas para que les ayuden a
implementar sus estrategias. Las recompensas y los incentivos son una parte
dominante de la vida de las organizaciones al igual que desempeñan un papel
importante en la sociedad en general. La idea central es que las personas
adoptan una conducta porque esta les producirá recompensas, además conforme ha
ido evolucionando el concepto de la implantación de la estrategia, muchas
personas han argumentado que es necesario ligar la consecución y la
implantación de metas y plan estratégico a un sistema especifico de recompensas.
El
creciente desfase entre el número de profesionales de atención de salud y la
demanda de sus servicios es un problema esencial que se plantea a los
gobiernos, a los gestores y a los profesionales que tratan de mejorar la salud
y el desarrollo internacional. Varios factores, complejos y relacionados entre
sí, contribuyen a la actual escasez de los recursos humanos en todo el mundo,
entre ellos los sistemas de salud con escasos recursos, las condiciones de
trabajo insatisfactorias y la gestión inadecuada de los recursos humanos.
En
este contexto, los encargados de la política general y los gestores han
comenzado a utilizar incentivos para mejorar la contratación, la motivación y
la retención de los profesionales de la atención de salud. Los incentivos son medios
importantes que las organizaciones pueden utilizar para atraer, retener,
motivar, dar satisfacción y mejorar los resultados del personal. Se emplean de
manera generalizada en las organizaciones del sector público y del sector
privado en todos los contextos laborales. Pueden aplicarse a personas, a grupos
de trabajadores, a equipos u organizaciones y pueden variar en función del tipo
de empleador. Los incentivos pueden ser positivos o negativos, financieros o no
financieros, tangibles o intangibles. Los incentivos
financieros forman parte del contrato de empleo. Esos incentivos conllevan “pagos monetarios directos del empleador al
empleado”, tales como salarios, bonificaciones o préstamos. Se dividen en
tres categorías principales. Primera, están los salarios y condiciones básicas
que se ofrecen al personal según la descripción de sus funciones y su
clasificación laboral. Segunda, hay otros pagos o bonificaciones vinculados a
la realización de determinados resultados, con un pago especificado de antemano
o asignado de manera retroactiva en un proceso de revisión o de supervisión del
personal. Tercera, puede haber otros incentivos financieros que no están
directamente relacionados con el cumplimiento de los deberes de la persona, por
ejemplo, el acceso a servicios financieros o a becas. En lo que se ha publicado sobre la aplicación de planes de incentivos
en la atención de salud se reconoce que los incentivos financieros no son, por
sí solos, suficientes para retener y motivar al personal. Los estudios han
confirmado que los incentivos no
financieros desempeñan una función igualmente esencial. Esto es lo que
sucede tanto en los países bien dotados de recursos, en los que el personal
puede mantener un alto nivel de vida, como en las naciones que tienen
relativamente pocos recursos. Los incentivos no financieros incluyen la concesión de autonomía en el trabajo,
flexibilidad de horario y reconocimiento del trabajo realizado. Las
recompensas no financieras son especialmente importantes para los países y
organizaciones en los que la limitada financiación restringe su capacidad para
conceder recompensas financieras. Ello, no obstante, los métodos no financieros
requieren una inversión considerable de tiempo y de energía y el compromiso de
toda la organización. Deben prepararse mediante una 8 planificación consultiva
y han de armonizarse con los objetivos estratégicos, las normas, los valores y
las circunstancias locales y personales. Si bien se reconoce en general la
importancia y el potencial de los objetivos no financieros, es importante
señalar que es limitado lo que puede conseguirse sólo con los incentivos no
financieros.
Salarios y condiciones: El
nivel de los salarios pagados a los trabajadores es un elemento crucial para
que las personas consideren la posibilidad de una carrera profesional en la
prestación de servicios de salud.
Pagos por resultados: En
algunos casos, las bonificaciones se pagan en forma de primas por un servicio
adicional o por un servicio en un determinado tipo de trabajo o lugar. Estos
mecanismos se han empleado ampliamente cuando ha habido un “fallo del mercado”
en la distribución de los trabajadores de salud.
Otros incentivos financieros: Los
incentivos financieros pueden también adoptar la forma de subvenciones para
transporte, alojamiento y otros gastos corrientes. Pueden ser especialmente
eficaces en sectores en los que tales incentivos son escasos, o en los que han
sido identificados como elementos especiales para la contratación y retención.
INCENTIVOS NO FINANCIEROS
La
aplicación eficaz de recompensas no financieras ha de armonizarse con los
objetivos estratégicos, las normas y valores locales y personales y con las
circunstancias. Si este sistema de valores no se reconoce, se corre el riesgo
de enajenar a los profesionales de salud a los que se deseaba atraer, porque se
crean un desincentivo y un efecto desmotivador.
Carrera y desarrollo profesional: ¿Qué
tipo de incentivos no financieros aprecian los profesionales de salud? En lo
que se ha publicado sobre los incentivos se menciona, de manera casi general,
que los profesionales de atención de salud valoran mucho lo siguiente: el
acceso a la formación y capacitación oficial; la supervisión clínica y personal
y la función de mentores; y una actitud positiva y de apoyo al aprendizaje y al
desarrollo personal a todo lo largo de la vida.
Gestión del trabajo: Entre
los profesionales de salud son frecuentes las cargas de trabajo pesadas e
intratables. Ellas pueden contribuir a unos resultados deficientes, baja
motivación y agotamiento; en definitiva, pueden ser causa de que los
profesionales de salud dejen su empleo actual o abandonen el sector de salud.
Disposiciones laborales flexibles: Las
disposiciones laborales flexibles pueden desempeñar una importante función de
retención de los profesionales de salud. Entre esas disposiciones se incluyen
la oferta de horarios de trabajo flexibles, vacaciones ampliadas o cambiadas
(por ejemplo, periodos libres previstos durante las vacaciones escolares), y
disposiciones que alienten a los profesionales de salud a volver a formar parte
de los recursos humanos después de una interrupción de su carrera profesional.
Esos planteamientos tienen especial importancia para los profesionales que
equilibran sus compromisos laborales con sus deberes de cuidar a su familia
restringida o ampliada, para quienes han dejado de formar parte de los recursos
humanos por razones familiares u otras, y para los trabajadores de más edad que
desean permanecer en activo, pero quizá no pueden o no quieren desempeñar las
mismas tareas o tener los mismos horarios de trabajo.
Entornos de trabajo positivos: Los
estudios han demostrado que un entorno laboral positivo es un elemento
importante de las iniciativas de contratación y retención del personal. Esto se
refiere a un entorno laboral seguro para el personal, que responde de manera
dinámica a los nuevos riesgos y crea una cultura positiva de la organización.
En este sentido, cada uno de los miembros de una organización −por la manera en
que tratan las demandas de su propio trabajo, a sus compañeros y a sus
pacientes− puede desempeñar una función que contribuye a un entorno favorable
en el que las personas desean trabajar.
Acceso a prestaciones y ayudas: Aun
cuando puede ser que los servicios de salud no siempre tengan ingresos
suficientes para ofrecer incentivos financieros significativos, pueden algunas
veces tener acceso a otros activos que pueden utilizar para recompensar al
personal.
¿CÓMO ES UN PLAN DE INCENTIVOS EFICACES?
La
preparación y aplicación de planes de incentivos en la atención de salud es un
campo nuevo. Se han aplicado, por métodos financieros y no financieros, medidas
muy diversas con resultados diferentes y dirigidos a una gran diversidad de
profesionales de atención de salud.
Se
reconoce que los siguientes factores influyen en la motivación personal de los
trabajadores de salud:
•
Factores determinantes personales: las necesidades personales; el concepto que
tiene de sí mismo; las expectativas de resultados o las consecuencias de las
actividades laborales.
•
Contexto de la organización: salarios; ventajas; sistemas claros y eficientes;
sistemas de gestión de los recursos humanos; observaciones acerca de los
resultados; cultura de la organización.
•
Contexto social y cultural: expectativas y observaciones de la comunidad.
•
Reforma del sector de salud: comunicación y dirección; coherencia con los
valores personales de los trabajadores.
El
examen de estos factores y las experiencias de diversos países en la
preparación y aplicación de sistemas de incentivos sugieren que un plan eficaz
para los profesionales de atención de salud tiene las características
siguientes:
Los
incentivos, financieros y no financieros, constituyen un instrumento que los
gobiernos y otros órganos de empleadores pueden desarrollar para mantener unos
recursos humanos con las capacidades y experiencia necesarias para dispensar
los cuidados que se requieran. Para esto se precisa no solamente voluntad
política y un arduo y sostenido trabajo, sino también que todos los interesados
reconozcan el compromiso, las capacidades y los beneficios de salud que aportan
los profesionales de salud en todo el mundo. El activo más valioso de un
servicio de salud es su personal. La aplicación de conjuntos de incentivos
eficaces representa una inversión mediante la cual ese activo vital puede
protegerse, fomentarse y desarrollarse.
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